DATOS TECNICOS:
Los cangrejos de río también llamados “seboros”, son crustáceos decápodos de agua dulce respiran por branquias (parecidas a plumas), no toleran el agua contaminada (aunque parezca mentira). Se alimentan de algunas plantas y animales, (vivos o muertos). Son animales de costumbres nocturnas tienen muchos depredadores; pájaros, peces, incluso mamíferos como el hombre y nutria, etc...
La cópula va precedida de una lucha que puede llegar a ser mortal.
SU PESCA
Los cangrejos de río están protegidos por la ley puesto que están en peligro de extinción. Explicaré como los pescábamos en nuestros ríos, charcas e incluso acequias y siempre al atardecer.
La forma de capturarlos según la ley era con reteles a los que se les ponía cebo, que conseguíamos de los despojos de las carnicerías. Generalmente solíamos ponerle bazo de cualquier res, aunque podía valer cualquier tipo de carne, cuanto más putrefacta mejor, más olería y más éxito tendríamos de capturarlos.
El retel que es una malla de cuerda plastificada provisto de una larga cuerda para poder atarlo a la orilla y no perderlo, también lleva en el fondo un plomo con un imperdible (el plomo para que se hunda hasta el fondo del río y el imperdible para poder sujetar el cebo en el fondo del retel y no se lo puedan llevar los cangrejos).
Seguidamente distribuimos todos los reteles por el entorno de la zona del río donde queremos pescar , provistos de una linterna, una orca (palo largo acabado en v) y después de pasado un buen periodo de tiempo y comprobar que los cangrejos se están comiendo el cebo dentro del retel, cogemos la cuerda y tras colocarla sobre la orca tiramos lo más rápido posible para capturar los cangrejos que estén dentro, repitiendo la operación tantas veces como hiciese falta hasta que decidíamos marcharnos a casa, (a veces sin pescar ni uno).
Al llegar la noche, cuando volvíamos de pescar veníamos cagaditos de miedo, se nos hacia eterno el trayecto hasta llegar al puente de piedra, camino de casa, diré que a veces veníamos llenos de picadas de mosquitos (sobre todo yo), teníamos miedo de encontrarnos con el forestal (vigilante del río) que en mis tiempos se encargaba de fastidiarnos midiéndonos los cangrejos que llevábamos en la cesta; pero a lo que le teníamos verdadero miedo era a la Benemérita (Guardia Civil).
Recuerdo venir un día de pescar cangrejos del Puente Arenzana con un amigo, veníamos andando de noche y sin luz, al llegar a la antigua central eléctrica, nos dio el alto la Guardia Civil, nos mandaron sacar todos los cangrejos que teníamos en la cesta, (unas 2 docenas entre los dos), nos midieron uno por uno y por 2 ó 3 cangrejos a los que les faltaban un par de milímetros para llegar a la medida reglamentaria nos hicieron tirar todos los cangrejos, hasta los que tenían el reglamento y encima nos denunciaron .
Teníais que haber visto nuestras caras, nos quedamos blancos y pensando como contarlo en casa; eso si que es tener mala pata, ¡¡ para una vez que habíamos pescado algo!! .
También diré que en nuestra época había muchísimos cangrejos y que podíamos pescarlos cuando ibamos a bañarnos al Najerilla, fijaros si había cangrejos que levantabas cualquier piedra y los encontrabas debajo, sacabas un ladrillo con 8 agujeros y casi siempre estaba lleno de estos crustáceos que no cogíamos porque a lo que íbamos era a bañarnos, no a pescar. ¡Que legales éramos!,
Cuando queríamos pescar lo hacíamos como manda la ley, a retel como ya expliqué antes. Lo que cuento es la verdad: “éramos tan inocentes”.
GASTRONOMÍA:
Los cangrejos los solían cocinar nuestras madres o abuelas, los ponían de muchas maneras siempre después de caparlos (quitarles la parte del medio de la cola) y de cocerlos. Se pueden cocinar de muchas maneras, pueden ir acompañados de salsa verde, a la vinagreta, con mayonesa etc. Pero como realmente saben buenísimos es rehogándolos con aun poco de aceite, ajo, cebolla, perejil, tomate natural y una guindilla que pique bien, pues le da toda la gracia.
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