jueves, 24 de enero de 2013

MORFOLOGÍA DE LAS SETAS


Muchas personas creen que todas las setas tienen la misma forma, entendiendo que todas tienen pie y sombrero, pero aunque todas disponen  de estos dos componentes, hay otros, así como detalles o factores que hacen que identifiquemos mejor las setas y que las hacen muy diferentes unas de otras según el grupo a que pertenecen.

 

Los principales datos y formas de identificar las setas son:

·        El sombrero, la parte más carnosa y aprovechable de la seta.
·        El himenio, situado bajo el sombrero, lugar donde se forman las esporas.
·        El pie o talo, que sujeta el sombrero.

Los datos accesorios son:

·        La volva o base, que une el talo a la tierra o sustrato donde nace.
·        El anillo, que habitualmente contiene el pie.
·        La cortina, que en algunas setas encontraremos en el borde del sombrero y restos en el pie.
·        La unión del sombrero con el pie.
·        La consistencia y color de la carne.
·        La viscosidad del sombrero.
·        El olor de la seta.
·        Las esporas, que por ser microscópicas solo nos ocuparemos de su color.

La cutícula o piel del sombrero, como todos sabemos tienen diferentes colores, el mas frecuente crema o marrón aleonado de mas o menos intensidad, pero también los hay de color rojo, rosáceo, violáceo, azulado, verdoso, anaranjado, amarillo, blanco, negro y grisáceo; su forma es variada pasando por esférico a plano, embudado o con mamelón en el centro, el contorno de forma circular mas o menos regular o irregular. En algunos quedan restos de volva en forma de copos, como la amanita muscaria, otros tienen unas barbas parecidas a escamas no separables, como el parasol o macrolepiota procera. Unos pocos tienen la cutícula viscosa, como el suillus luteus.

  

El himenio que puede ser de diferentes colores tiene principalmente cuatro
formas:

1.     La más característica de láminas, que por su forma y con respecto al pie pueden ser, distantes, libres, escotadas, adherentes, tangentes y decurrentes.
2.     Los tubos o poros, como los boletus en unos fácilmente separables del sombrero y en otros no, sobre todo en ejemplares jóvenes.
3.     Pliegues o láminas mas gruesas y como rugosas, presentes en los cantharelius o rebozuelos.
4.     Púas o pinchos, como el hydnum repandum o lengua de vaca.

El pie tiene formas diversas, mas o menos engrosado en la parte superior o
inferior según especies, unos tienen volva como volvarielas y amanitas y otros nacen directamente de la tierra o madera. Los hay que son tenaces o fibrosos como las senderuelas y quebradizos o granulados (rúsulas) que al romperlo nos recuerda como el romper una tiza. Pueden tener un anillo de diversas formas producido al desarrollarse la seta y desprenderse de la membrana que protege el himenio. Igualmente pueden quedar restos de cortina, como en los cortinarios. Con respecto  a la unión con el sombrero puede ser excéntrico, como los pleurotus (seta del cardo, seta negra de chopo o anguilera) y también fácilmente separables o no, que se observa haciendo un corte longitudinal a la seta.

Todas las setas tienen su olor específico, bien a harina fresca, como la seta del fino, seta de San Jorge (calocybe gambosa), a almendras amargas, como senderuelas (marasmius oreades), a anís como clitocybe odora, también las
hay que huelen muy mal a animal muerto, como los falos (phallus impudicus).

Por último las esporas, que observadas al microscopio tienen diferentes formas, no obstante ateniéndonos al color si que podemos apreciarlas, se obtienen poniendo un ejemplar con el himenio boca a bajo sobre un papel mas o menos fuerte con un orificio donde introducir el pie y colocarlo encima de un vaso con algo de agua, al día siguiente quedará manchada la superficie del papel donde han caído las esporas que nos indicarán su color.

Hay otras setas con formas irregulares que pueden apartarse de estas
descripciones, como son los ascomicetos (cazoletas, crispinas o bonetes), las
trufas desarrolladas bajo la tierra, cuescos de lobo y yesqueros entre otros.