Hoy puede
visitarse la llamada Mina de Cambrones;
su acceso es de dificultad baja; tiempo 3 horas; longitud 7,5 Km. (ida y vuelta),
lineal; partiendo de la Mansilla actual,
caminando por la carretera en dirección a Tabladas, tras aproximadamente 1 Km. y pasar una pronunciada
curva, hay que tomar un camino de tierra que asciende a la izquierda. Seguimos
ascendiendo sin titubeos y el sendero nos conduce hasta los cargaderos y otras
instalaciones de la antigua mina. Los menos miedosos pueden acceder a la mina
por el sendero que va paralelo al río Cambrones, a unos 700 metros del pueblo de
Mansilla. Esta alternativa sube hasta el camino anterior por una empinada
ladera, que aunque está señalizada con hitos de piedra, tiene cierto riesgo.
Mansilla
estaba entre los pueblos comprendidos en el Señorío de Cameros, que el Rey
Enrique II de Trastamara dono en 1366
a D. Juan Ramírez de Arellano, por el apoyo que éste le
prestó en su lucha contra Pedro I el
Cruel.
Más
tarde perteneció al señorío de los Condes de Aguilar e Inestrillas, Señores de
Cameros hasta 1811, año en el que se abolieron los Señoríos y formó parte de la
provincia de Soria, como villa eximida, hasta la creación de la de Logroño por
Real Decreto de 30 de Noviembre de 1833 y un año después fue dividida en nueve
partidos judiciales y Mansilla pasó a pertenecer al de Nájera.
En 1.900 el
pueblo tenía 606 habitantes, era cabeza de comarca en la sierra, había una
cabaña ganadera superior a las 10.000 cabezas, contaba con servicios de
farmacia, médico, juzgado, cuartel de la Guardia Civil, frontón y la Casa de Islas (de la que después diremos),
lugar donde se reunían los Alcaldes de las Cinco Villas y el Valle de Canales
(que luego comentaremos), presididos por el Párroco mayor, según un edicto Real
de Juan II, Casa en la que se decidía
la jurisprudencia en materia ganadera, pastos, trashumancia, aprovechamiento de
huertas, etc., con decretos Reales
sobre sus competencias, ya desde el
siglo XI.
En su escudo
pueden apreciarse los ríos y las huertas, en uno de sus cuarteles; en otro, los lobos rampantes sobre un roble
coronado por el sombrero Mariano, con la “M” de Mansilla.
El Palacio de
Mansilla, de doble planta, balconada en el centro sobre una puerta de arco y
dos escudos, uno a cada lado del hueco del balcón, perteneció a Fernán
González, Conde de Castilla, y albergó al Rey Juan II en el viaje que éste
realizó a Silos, desde Nájera.
Sus casas
blasonadas de época medieval, eran un ejemplo de hidalguía de tiempos remotos,
cargados de historia, una historia a caballo entre La Rioja y Burgos, donde la
trashumancia y las cañadas reales eran en aquél entonces, motivo permanente de
discusión.
Tanta
historia y tanta belleza, no fueron capaces de disuadir a las Autoridades de
que este pueblo debía de seguir en pié.
El
Gobierno de la II República,
en su estudio del plan hidrológico nacional, había elegido este punto, por la
confluencia de varios ríos, para la construcción de una presa que embalsara el
agua de los mismos para riego y producción de electricidad de los pueblos del
Alto Najerilla, si bien había una 2ª variante respecto al proyecto inicial;
hacer la presa más abajo de forma que cogiera además del Najerilla y sus
afluentes, los ríos de las dos
Viniegras, el Urbión y el Ventrosa con lo cual aumentaban las aguas a embalsar
y el pueblo de Mansilla no sería inundado.
Al
no poder llevar a cabo este Plan, por la guerra civil, se paralizaron las
obras; posteriormente, el gobierno de Franco que lo desarrollo, decidió la
inundación del pueblo de Mansilla, ya que la 2ª variante implicaba un nuevo
trazado de la hoy Carretera CR-113, que era mucho más costoso.
Muchas fueron
las luchas, las alternativas, la de unir el pueblo con el limítrofe
Villavelayo, la de hacer un pueblo nuevo, las divisiones de los vecinos, las
condiciones políticas del momento, las presiones, etc., acabaron con el pueblo dividido, provocando las
emigraciones derivadas de todo el proceso.
Después
de muchas reuniones, debates y sinsabores y de hacer mayor la división de los
habitantes del viejo Mansilla, gracias a la colaboración del entonces
Gobernador Civil en Logroño Don José Elorza Aristorena y las influencias, el
apoyo y el interés del mansillano Don Marcelino Antón González, se resuelve la
construcción del nuevo pueblo de Mansilla.
EL PUENTE DE SUSO.
El
puente de Suso es un puente de piedra del siglo XVI de un solo arco, de
considerables dimensiones y fábrica de sillería bien trabada y su construcción
responde a las características de un
puente medieval del siglo XV.
La
bóveda de cañón apuntado que genera, donde se emplearon hiladas de sillares
regulares, arrancaba sobre ambas márgenes del río.
Este
aparejo se utilizó para los tímpanos, muros de embocadura y muro de
encauzamiento de la margen derecha, aguas abajo, donde tras un tramo inicial
realizado en piedra sillar, se sustituye este material por sillarejo. Aguas
arriba, en el estribo de la margen izquierda, la sillería se combinaba con
mampostería.
La
calzada era de perfil “alomado” y conserva restos del empedrado original; los
pretiles se habían perdido en su totalidad, aunque se conservaban restos de
ellos en algunas zonas.
El
acceso a este puente se realizaba en forma de L., en rampa ascendente por el
camino que venía de Mansilla y que continuaba hacia Villavelayo y formaba parte
de la vía pecuaria de las 7 Villas.
Este
puente, posiblemente el más antiguo de cuantos existían en la zona de Mansilla,
fue mandado construir por Suso de Villaoslada, regidor de la Villa en el siglo XV. De ahí
el nombre de Puente de Suso.
En el siglo
XII, el camino donde se ubicaba, era
considerado RED DE VÍA PECUARIA, por el que transcurría la trashumancia
camino de Extremadura.
Con el mayor
apogeo ganadero en estos lugares, se calcula cruzaban por él, camino de mejores
pastos extremeños y de Ciudad Real, entre seiscientas y setecientas mil cabezas
de ganado, principalmente lanares, procedentes tanto de esta zona, como de la
vecina provincia de Burgos.
Como ya se
recoge en el presente artículo, en el apartado de “Lugares de Interés”, El
Puente de Yuso, ha sido recuperado del fondo del Embalse de Mansilla en el
que se encontraba y trasladado piedra a
piedra el año 2000 y posteriormente reconstruido en la entrada del actual
pueblo de Mansilla.
LA CASA DE ISLAS.
La Casa de Islas tiene su origen
en 1584, cuando se firmó en la Ermita de Santiago, en Viniegra de Abajo, el acta de fundación de la Confederación de las Cinco Villas y Valle de Canales.
Brieva de Cameros,
Viniegra de Arriba, Viniegra de Abajo, Ventrosa y Mansilla de la Sierra, teniendo bajo su jurisdicción,
Canales en su valle las villas de Villavelayo, Monterrubio de la Demanda y Huerta de Arriba
(estas dos últimas pertenecientes a Burgos).
La Casa de Islas estaba
enclavada en el término municipal de Mansilla
de la Sierra,
junto a la zona denominada de Tabladas y en la falda de la Sierra de Urbión, bajo al
pico de Alcaste, y rodeada de los ríos Portilla y Urbión.
La ubicación de esta Casa fue decidida por su
centro en cuanto al resto de las villas, y su paso, en dirección a Puente Suso
de donde se realizaba la trashumancia.
La Casa, conocida también por “Casa de las Siete Leguas”, de denominó
de Islas, porque quedaba anclada
entre los dos ríos antes mencionados.
El inmueble
estaba realizado en piedra, con el escudo
heráldico en su fachada; en su interior, tenía un hogar circular, en cuyo
entorno se celebraban las reuniones de los alcaldes de las villas, presididos
por el párroco mayor, según un edicto Real de Juan II.
En su interior
estaba construido con vigas de madera de roble visto y una escalera del mismo
material que unía dos pisos, teniendo una barandilla en un piso superior, donde
“cualquier persona, fuera ganadero o no” podía seguir los debates.
En estas
sesiones, que sentaban jurisprudencia en la Sierra, se discutía fundamentalmente sobre pastos,
pasos de trashumancia, venta de ganado y litigios comunes de los ganaderos.
Varios fueron
los Fueros Reales conseguidos por
este Órgano de decisión en la
Sierra, entre ellos, destacar el de D. Juan II y Alfonso XI
que aún se conservan en el archivo de La Rioja.
De todas las sesiones que allí se celebraban, se levantaban
unas Actas, escritas en castellano
antiguo, de un enorme valor lingüístico e histórico, que están mostradas en el
Museo permanente que se encuentra en la Mansilla actual.
El inmueble quedó
en exención absoluta y permanente de
Contribución territorial, correspondiente al año 1921, según consta en el
expediente registrado al efecto, por el Registro de Nájera, con fecha 10 de
Octubre de 1921. En la hoja de registro fiscal dice: Terreno concejil, Casa de
Juntas, de 50 m2.
por dos pisos, con valor de 4,00
pts. Baja de la 4ª parte por huecos y repartos, 1,00 pts. Líquido
imponible por el que se ha de tributar, 3,00 pts., a deducir por
exención perpetua 3,00 pts.
Líquido imponible a tributar, 0,00
pts,, según Ley 29 Dbre. 1910. Propietarios: los
Municipios de Mansilla, Villavelayo, Canales de la Sierra, Viniegra de Abajo,
Viniegra de Arriba, Ventrosa y Brieva. Término municipal de Mansilla de la Sierra, calle de Pago de la Iruela, 10, autoriza el
alcalde de Mansilla, D. Sotero Ausejo.
Las reuniones.- Con una periodicidad de cuatro meses, principio de
las estaciones anuales, se reunían en esta Casa tal y como queda reflejado
anteriormente, los Alcaldes de todas las
Villas, presididos por un cura párroco Benedicto, donde además de los
litigios entre ganaderos, se resolvían toda clase de aprovechamientos de
cultivos, pastizales, baldíos, leña, etc.