Muchas
personas creen que todas las setas tienen la misma forma, entendiendo que todas
tienen pie y sombrero, pero aunque todas disponen de estos dos componentes, hay otros, así como
detalles o factores que hacen que identifiquemos mejor las setas y que las
hacen muy diferentes unas de otras según el grupo a que pertenecen.
Los
principales datos y formas de
identificar las setas son:
·
El sombrero, la
parte más carnosa y aprovechable de la seta.
·
El himenio,
situado bajo el sombrero, lugar donde se forman las esporas.
·
El pie o talo,
que sujeta el sombrero.
Los
datos accesorios son:
·
La volva o base,
que une el talo a la tierra o sustrato donde nace.
·
El anillo, que
habitualmente contiene el pie.
·
La cortina, que
en algunas setas encontraremos en el borde del sombrero y restos en el pie.
·
La unión del
sombrero con el pie.
·
La consistencia y
color de la carne.
·
La viscosidad del
sombrero.
·
El olor de la
seta.
·
Las esporas, que
por ser microscópicas solo nos ocuparemos de su color.
La
cutícula o piel del sombrero, como todos sabemos tienen diferentes colores, el
mas frecuente crema o marrón aleonado de mas o menos intensidad, pero también
los hay de color rojo, rosáceo, violáceo, azulado, verdoso, anaranjado,
amarillo, blanco, negro y grisáceo; su forma es variada pasando por esférico a
plano, embudado o con mamelón en el centro, el contorno de forma circular mas o
menos regular o irregular. En algunos quedan restos de volva en forma de copos,
como la amanita
muscaria, otros tienen unas barbas parecidas a escamas no
separables, como el parasol o macrolepiota procera. Unos pocos tienen la
cutícula viscosa, como el suillus luteus.
El
himenio que puede ser de diferentes colores tiene principalmente cuatro
formas:
1.
La más característica
de láminas, que por su forma y con respecto al pie pueden ser, distantes,
libres, escotadas, adherentes, tangentes y decurrentes.
2.
Los tubos o
poros, como los boletus en unos fácilmente separables del sombrero y en otros
no, sobre todo en ejemplares jóvenes.
3.
Pliegues o
láminas mas gruesas y como rugosas, presentes en los cantharelius o rebozuelos.
4.
Púas o pinchos,
como el hydnum
repandum o lengua de vaca.
El
pie tiene formas diversas, mas o menos engrosado en la parte superior o
inferior
según especies, unos tienen volva como volvarielas y amanitas y otros nacen
directamente de la tierra o madera. Los hay que son tenaces o fibrosos como las
senderuelas y quebradizos o granulados (rúsulas) que al romperlo nos recuerda
como el romper una tiza. Pueden tener un anillo de diversas formas producido al
desarrollarse la seta y desprenderse de la membrana que protege el himenio.
Igualmente pueden quedar restos de cortina, como en los cortinarios. Con
respecto a la unión con el sombrero
puede ser excéntrico, como los pleurotus (seta del cardo, seta negra de chopo o
anguilera) y también fácilmente separables o no, que se observa haciendo un
corte longitudinal a la seta.
Todas
las setas tienen su olor específico, bien a harina fresca, como la seta del
fino, seta de San Jorge (calocybe gambosa), a almendras amargas, como
senderuelas (marasmius
oreades), a anís como clitocybe odora,
también las
hay
que huelen muy mal a animal muerto, como los falos (phallus
impudicus).
Por
último las esporas, que observadas al microscopio tienen diferentes formas, no
obstante ateniéndonos al color si que podemos apreciarlas, se obtienen poniendo
un ejemplar con el himenio boca a bajo sobre un papel mas o menos fuerte con un
orificio donde introducir el pie y colocarlo encima de un vaso con algo de
agua, al día siguiente quedará manchada la superficie del papel donde han caído
las esporas que nos indicarán su color.
Hay
otras setas con formas irregulares que pueden apartarse de estas
descripciones,
como son los ascomicetos (cazoletas, crispinas o bonetes), las
trufas
desarrolladas bajo la tierra, cuescos de lobo y yesqueros entre otros.